domingo, 11 de febrero de 2007

Ingeniería Informática, un artículo interesante

Al menos para mi:
El valor de una profesión


¿Cuál es el valor de una profesión? Llevando la pregunta a un terreno de total actualidad podríamos pensar que el valor de una profesión está en el número de puestos de trabajo que genera. Teniendo en cuenta su actual escasez en algunas profesiones, quizás esta métrica pueda resultar acertada para cuantificar lo que vale una profesión. Si llevamos la cuestión a un terreno un poco más sentimental y, si me lo permiten de grandes miras, quizás el valor de una profesión es cuantificable en términos de lo que aporta a la sociedad y a su desarrollo.

De esta forma podríamos encontrar profesiones que no tienen valor según el primer criterio, pero que sí tienen gran importancia si se las mide con el segundo. Como muestra un botón. Analicemos por ejemplo la profesión de maestro. Está claro el beneficio social que genera, proporcionando la formación inicial de nuestros hijos, y también el hecho de que hoy día, Magisterio da bien pocos frutos en términos de puestos de trabajo.

Ustedes podrían pensar que un caso opuesto de esto es el de la Informática. Ofrece muchos puestos de trabajo, pero parece que no aporta gran cosa desde el punto de vista social. Resulta que si se preguntan en qué trabaja un ingeniero en Informática o un ingeniero técnico en Informática muchos de ustedes no sabrían exactamente qué responder. En mi humilde opinión, si tenemos en cuenta las dos métricas expuestas con anterioridad, la Informática tendría un valor más que notable. Permítanme darles mi punto de vista.

De la empleabilidad del sector no es necesario comentar demasiado. Los titulados en Ingeniería en Informática e Ingeniería Técnica en Informática muestran unos porcentajes de empleo excelentes. El sector es boyante a nivel europeo. No resulta nada complicado para un informático asturiano encontrar trabajo en Madrid, Barcelona o Londres. Es más, incluso parece que el aire cálido también sopla por el Cantábrico y muchas de estas empresas se están estableciendo aquí.

¿Y el aporte social? Pues más de uno se estará preguntando que de qué va esto. Todavía no hace mucho el señor decano del Colegio Nacional de Ingenieros de Caminos hacía unas declaraciones en prensa sobre la reforma del sistema universitario dentro de las adaptaciones al Espacio Europeo de Educación Superior. En su exposición comparaba las ingenierías en las que había una responsabilidad civil inherente, como la Ingeniería de Caminos o la de Industriales, con aquellas, como la Informática o las Telecomunicaciones, en las que esa responsabilidad era insignificante. Efectivamente, un fallo en la estructura de un puente o en una presa de un embalse podría causar una catástrofe. ¿Y un fallo en un sistema informático? Si nuestro procesador de textos falla, podemos perder el trabajo de una mañana o el de un día a lo sumo. Igualmente, si nuestro ordenador se estropea, nuestros hijos no pueden chatear. Pero ¿es que la Informática se limita a eso? Claro, al señor decano se le había olvidado que los cálculos de la estructura de la presa y el puente ya no se hacen con calculadora, papel y lápiz, sino que hay un programa informático que los calcula. ¿Y si falla el programa y genera cálculos erróneos? ¿De quién es la culpa? ¿Del ingeniero de Caminos que firma el proyecto? ¿Del ingeniero en Informática que hizo el programa?

Pero tengan en cuenta que la informática no sólo son procesadores de texto, herramientas de «chat» y programas de cálculo de estructuras. Los sistemas informáticos son los que les permiten cobrar el sueldo y las pensiones todos los meses, son los programas que controlan una central nuclear, son las aplicaciones que hacen que los cajeros automáticos funcionen, son los sistemas que controlan los semáforos de nuestras ciudades y un largo etcétera. Da escalofríos pensar que un día pudieran dejar de funcionar.

La Informática ha generado desde mediados del siglo pasado un gran desarrollo social. Fundamentalmente ha ayudado a mejorar nuestra calidad de vida y a crear una sociedad más dinámica y ágil. Detrás de muchas de nuestras actividades cotidianas se encuentra un sistema informático que hace que todo funcione, de ahí la importancia de esta gran profesión.

David Melendi Palacio, decano del Colegio de Ingenieros en Informática del Principado de Asturias.


David Melendi en la Nueva España